Ermita de la Virgen del Val

    Puerta construida en 1788, acceso directo a Alcalá desde Madrid.

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    Ermita de la Virgen del Val, Alcalá de Henares, Madrid.

    A parte de ser elemento importante en la historia de Alcalá, el edificio forma parte de una de las rutas más interesantes, de las muchas que pueden hacerse para conocer el patrimonio de Alcalá, y que recorrería los edificios más significativos de la arquitectura historicista levantados en la ciudad entre finales del s XIX y principios del XX.

    En este caso se trata de un edificio neomudéjar, que encajaría dentro de las corrientes orientalistas empleadas por dicha arquitectura, que recogió las formas decorativas y arquitectónicas del arte musulmán español, sólo desarrollado en nuestro territorio, y las plasmó en edificios religiosos, como es el caso, y en otros de carácter festivo, privado o de ocio, como salones de fumar, casinos, plazas de toros, estaciones, fábricas, y aunque menos llamativos, en viviendas particulares.

    Es en 1889 cuando se plantea la necesidad de construir una nueva ermita que sustituya a la primitiva que la tradición sitúa en el siglo XII y que fue posteriormente reedificada por el arzobispo Tenorio, su escudo de armas aún corona la entrada al templo.

    El edificio que hoy vemos se basa en un proyecto que se encargó al arquitecto municipal Martín Pastells y Papell (1856-1926), quien ideó una iglesia neogótica-mudéjar de grandes dimensiones y, por tanto, muy costosa. El proyecto no se puso en marcha hasta 1924 con un nuevo arquitecto municipal, José de Azpiroz (1895-1967), que respetando el proyecto original, rediseñó un templo más pequeño y con un aire rural al que le añadió un pórtico que disimulara la gran altura de la fachada. Se inauguró en 1929.​

    Tanto la imagen de la Virgen como el retablo desaparecieron durante la Guerra Civil. La imagen actual sustituyó a la antigua talla gótica. Según las fuentes aquella imagen era de alabastro «blanquísimo», de pequeño tamaño y sostenía al Niño en su brazo izquierdo. Su vestidura esculpida estaba compuesta por un manto azul que le colgaba de los hombros, ceñida por una correa negra adornada con flores y calzaba un par de sandalias. Aunque, según explica Luis M. de Diego Pareja, la descripción no es tarea fácil desde que se impuso la moda de vestir a la Virgen en los siglos siglo XVI o XVII. Fue presentada esta imagen en la iglesia de Jesuitas de la calle Libreros en septiembre de 1945, obra de Jesús María Perdigón. Ese mismo año terminaron las obras de restauración de la ermita, que no se libró del saqueo, pero si de la destrucción porque fue alojamiento para los soldados.

    En cuanto al retablo, no son pocos los que han acogido la imagen de la Virgen del Val hasta mostrar el que vemos en la actualidad, que no fue concebido como tal sino que es un reproducción de la cátedra del Paraninfo de la Universidad, que había desfilado como carroza de ferias el año anterior a la rehabilitación de la ermita. Ya en tiempos del arzobispo Tenorio, los Anales Complutenses se refieren a «un antiguo retablo del altar mayor que se quitó para poner el nuevo y pasose, por mandato del cabildo, a la antigua ermita de San Lázaro, que está a corta distancia». Durante la restauración del templo de 1853-62 había recibido un retablo de la iglesia del Convento de San Diego y, en la de 1929 el de la Virgen de Loreto procedente de la antigua parroquia de Santiago, demolida a finales del siglo pasado, que fue el que desapareció durante la Guerra.

    Texto e imágenes de Complumiradas. 

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