UNA RUTA COMPLUTENSE EN TORNO AL NACIMIENTO DE MIGUEL DE CERVANTES
Cada 9 de octubre se celebra el aniversario del bautismo de Cervantes






Cada 9 de octubre Alcalá de Henares celebra en el día grande de su Semana Cervantina, Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2018, el nacimiento de su hijo más universal, Miguel de Cervantes Saavedra, programando abundantes actos alrededor de su persona, sus hechos, su tiempo y su obra.
El más importante de los que se celebran en su honor es el desfile cívico del libro de bautismos que contiene la anotación original que liga documentalmente el nacimiento del escritor con la ciudad de Alcalá. La mañana del día 9 de octubre, una comitiva municipal, escoltada por maceros, sale del Ayuntamiento, cruza la plaza que lleva su nombre y entra en la cercana Capilla del Oidor, donde está el Centro de Interpretación «Los Universos de Cervantes», allí queda expuesto durante unas horas junto a la pila en la que recibió las aguas bautismales y otros objetos cervantinos que forman la exposición permanente para que pueda ser contemplado por vecinos y visitantes el más preciado de los legados que atesora la ciudad. Después, el libro vuelve al Consistorio, donde está custodiado habitualmente.
También durante esa semana que transcurre desde el primer sábado de octubre hasta el domingo de la semana siguiente, se organiza un Mercado Cervantino que ocupa 3 km de calles del casco histórico, que es considerado en su categoría el mercado más grande de España que recrea el Siglo de Oro Español, y alrededor del cual se proyectan tal variedad de actividades y se instalan tantos puestos engalanados con estandartes, banderas y toldos que consiguen una puesta en escena capaz de sumergirnos en los siglos XVI y XVII.
Durante esta semana una ruta cervantina centrada en el nacimiento de Miguel de Cervantes debería incluir necesariamente una visita, además de al Ayuntamiento, al Museo Casa Natal de Cervantes. El edificio que lo alberga desde 1956 fue levantado sobre los restos de la casa donde nació el escritor según demostró documentalmente el investigador Luis Astrana Marín en «Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra», publicada en 1948. Rastros originales de pintura al temple en sus muros prueban que el edificio fue levantado en el siglo XVI. Estas pinturas murales decoraban la pared de adobe del despacho de Rodrigo de Cervantes, padre del escritor, que asistía como cirujano sangrador en el vecino Hospital de Antezana. También lo es el patio que conserva balaustres de madera, pozo con brocal, escalera y una cueva. La galería inferior se apoya sobre ocho columnas con bellos capiteles corintios que fueron traídos del Palacio Arzobispal y sencillas vigas de madera con balaustrada recorren la superior. Su interior recrea cómo era una casa castellana de una familia acomodada, como eran los Cervantes, de los siglos XVI y XVII, decorada con bellos muebles y objetos cotidianos de la época. Por aquel entonces la entrada principal estaba a la vuelta de la esquina, en la calle de la Imagen número 2. Formaba parte de un corral de viviendas, propiedad de la familia, que se extendía hasta la calle de Santiago por donde tenía una entrada de carruajes. Hasta que por necesidad la vendieron en 1551 y abandonaron Alcalá. En la actualidad tiene entrada por la calle Mayor y algunas de las estancias se han convertido en salas de exposiciones donde exhibe una gran colección de obras cervantinas con valiosas piezas como una edición de la primera parte de El Quijote editada en Lisboa en 1605.
Probablemente el nacimiento del escritor se produjo el 29 de septiembre, festividad de San Miguel, diez días antes de la fecha de su bautismo, que es la que recordamos, y razón de su nombre, ya que era costumbre de la época poner a los neonatos el nombre del santo del día. Aquel 9 de octubre de 1547 Miguel de Cervantes recibió el bautismo en la antigua Iglesia de Santa María la Mayor, como consta en dicho libro donde, además, aparecen las entradas referidas a los bautizos de sus hermanos Andrés (12 de diciembre de 1543), Andrea (24 de noviembre de 1544), Luisa (25 de agosto de 1546) y Rodrigo (23 de junio de 1550). Para recordar tan importante documento se ha reproducido y difundido ampliamente en todo tipo de recuerdos y soportes, incluso existe un monumento integrado en los bellos jardines de la Quinta de Cervantes, sede de la Concejalía de Medio Ambiente, que consiste en una plancha de hierro de grandes dimensiones sobre la que se ha taladrado/estampado el texto original, cuya transcripción dice:
«Año de 1547 Endomingo nueve dias del mes de octubre, año del Señor de mil é quinientos é cuarenta é siete años, fué baptizado Miguel, hijo de Rodrigo de Cervantes é su mujer doña Leonor, fueron sus compadres Juan Pardo, baptizóle el Reverendo Señor Bachiller Serrano cura de Nuestra Señora, testigos Baltasar Vázquez Sacristán, é yo que le bapticé é firmé de mi nombre.— Bachiller Serrano».
El citado libro fue rescatado de sendos incendios ocurridos en el archivo de la parroquia en 1636 y en julio de 1936. En éste último, el valioso ejemplar, que había sido identificado en 1752 gracias a las investigaciones del bibliotecario real Juan de Iriarte y del fraile benedictino Martín Sarmiento, fue salvado por el párroco César Manero que ayudado por dos vecinos, Juan Raboso San Emeterio, con casa en la cercana calle Cerrajeros, y Francisco del Río, hojalatero que selló la caja metálica de galletas en la que ambos guardaron el libro, ocultándolo después en el interior del pozo de la casa del primero hasta el final de la Guerra, y que pasado el peligro entregaron al Ayuntamiento. Desde 2017 una placa en el nº 8 de esta calle identifica el lugar donde permaneció oculta la partida de bautismo, y que constituye otro punto de interés en este itinerario.
La Capilla del Oidor que conserva la pila bautismal donde fue cristianado Miguel de Cervantes es otro lugar de interés en este recorrido. Formaba parte de la antigua parroquia de Santa María que en 1553, seis años después del bautizo del escritor, se derribó parcialmente para ser reedificada en un ambicioso proyecto inacabado que tras muchas reformas alumbró un edificio desproporcionado y falto de armonía y homogeneidad que, como ya se ha dicho, ardió durante la Guerra Civil. Tras la destrucción del templo, sus ruinas fueron demolidas y utilizadas como cantera para la reconstrucción del Palacio Arzobispal, siendo trasladada la parroquia a la antigua iglesia de los Jesuitas situada en la calle Libreros. De ella sólo quedaron en pie restos del ábside, la solitaria torre de Santa María, convertida hoy en un mirador y símbolo de la ciudad, y las tres capillas góticas laterales que fueron restauradas en 2005 y se convirtieron en salas de exposición, la de San Juan Bautista de los Caballeros de 1454, la del Cristo de la Luz y la que nos ocupa, llamada del Relator u Oidor en referencia al obispo Pedro Díaz de Toledo y Ovalle que fue Oidor del rey Juan II de Castilla, y que mandó edificarla como sepultura para él y su familia. En ella se conservaba, desde 1905, la pila bautismal de Cervantes que también fue destruida durante la Guerra para aprovechar sus materiales como elementos constructivos en los primeros años de 1938. Acabada ésta, era mayo de 1947, cuando ante la proximidad del IV Centenario del nacimiento de Cervantes, quisieron localizar entre las ruinas los restos del baptisterio original para su reconstrucción, pero sólo hallaron escasos fragmentos que están integrados en la reproducción que hoy vemos en la capilla.
No muy lejos de ésta se encuentra el lugar exacto donde estuvo situada la pila originalmente y donde tuvo lugar el bautismo del escritor, la Torre de Santa María. Esta torre exenta fue construida inicialmente por el arzobispo Carrillo en 1454 y fue sustituida por la actual a principios del siglo XIX. Torre y capillas es todo lo que queda de la Iglesia donde fue bautizado Miguel de Cervantes. Tras la reconstrucción del conjunto, la Torre quedó aislada adquiriendo identidad propia como atalaya indiscutible desde la cual contemplar unas vistas excepcionales de la Plaza de Cervantes y de las cúpulas y edificios que narran siglos de historia de Alcalá.
Y para terminar el recorrido sería obligado parar junto a la escultura de Miguel de Cervantes, realizada por Carlo Nicoli (1843-1915), que preside la que fuera plaza del Mercado, la que aquel domingo 9 de octubre de 1547, hace 474 años, cruzó el padre del escritor, Rodrigo de Cervantes, llevándolo en brazos, como dictaba la costumbre, para que fuera bautizado en su parroquia, la Iglesia de Santa María la Mayor. Nos recuerda el monumento la importancia de su ilustre vecino y su merecida presencia en la antigua plaza Mayor del municipio, epicentro de la actividad comercial desde la Edad Media que dejó de llamarse del Mercado en el siglo XIX para «ser» de Cervantes para siempre.
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