Sin salir de su casco histórico, hay en Alcalá una serie jardines y patios, algunos de ellos ocultos a la vista, pero la mayoría accesibles aunque estén integrados en edificios históricos, y también otros espacios urbanos abiertos en calles y plazas o junto a monumentos, que se transforman en rincones maravillosos gracias a la atmósfera que crea la combinación de arquitectura y naturaleza. Lugares que además de proporcionar paz, sosiego y descanso, ofrecen unas vistas tan cautivadoras que invitan a la reflexión y generan bienestar por lo que bien podrían etiquetarse como lugares con encanto, perfectos para el paseo y el asombro ante el rico patrimonio complutense. Aquí presento una primera selección.
El Jardín de Jovellanos está en la plaza de la Victoria. Cuando en la década de los 70 la Universidad adquirió la antigua casa solariega de la familia Huerta del s. XIX (muy vinculada a la historia municipal y cultural de Alcalá), contigua al que fuera Colegio Convento de Mínimos de San Francisco de Paula y Santa Ana, para ampliar la que sería futura facultad de Económicas y Empresariales, se encontró con un magnífico jardín decimonónico que fue restaurado por la Universidad y el Ayuntamiento con mimo, dedicándoselo al pensador asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos, según la inscripción, el 27 de junio de 1995, por ser uno de los personajes españoles más importantes de su época, que estudió en Alcalá y escribió varias obras de temática económica.
El jardín, que originalmente fue huerta del primer convento de Carmelitas «de la Imagen», está integrado en dicha facultad que ocupa el antiguo Colegio Convento de Mínimos e Iglesia de San Francisco de Paula y de Santa Ana (1578), que permaneció abierto hasta el Real Decreto de exclaustración de 1835, tras lo cual se reformó como Hospital y Farmacia Militar, y como archivo después hasta 1950 en que se destinó a colegio-internado «Virgen de la Paloma», institución benéfica para menores del Ayuntamiento de Madrid, para finalmente convertirse en dicha facultad. Al jardín se accede desde un pasaje peatonal que discurre paralelo al edificio y que remata en un inmueble decimonónico en el que están los despachos de los departamentos y seminarios. También por la entrada principal del edificio en la plaza de la Victoria, atravesando las diferentes dependencias. La modernidad del nuevo edificio adosado al convento fue muy polémica. Sin embargo el jardín de frondosa vegetación es un lugar delicioso que en su origen tenía una pequeña cascada que alimentaba un minúsculo estanque mediante una acequia salvada por un puentecito de madera, elementos sin utilidad actualmente por la falta de agua. Además de la casona original de la familia Huerta y otras construcciones anexas, son detalles como los bancos, fuentes, comederos de aves y la estructura de una pajarera los que hacen de éste un lugar idílico que encajonado entre las viejas tapias de los edificios que lo circundan te transporta fuera de este tiempo.
A los jardines del Colegio Menor de San Ciriaco y Santa Paula conocido como Colegio de Málaga y sede de la actual Facultad de filosofía y Letras (1610) se accede desde su entrada en la calle Colegios, atravesando sus dependencias hasta llegar a ellos, o por la Travesía de San Julián entrando directamente, en cuyo caso encontraremos de frente el jardín con una fuente ornamental y bancos de piedra a su alrededor situados a la entrada del colegio desde este este punto, lugar rodeado de numerosos parterres cuajados de hortensias, que tiene su origen en las antiguas huertas del colegio donde encontramos varios edificios y algunos aljibes de piedra y conducciones de agua cuyo sonido sorprende agradablemente a los visitantes y los predispone para sumergirse en el llamado Jardín de los Aromas, lugar donde prima la exuberancia y variedad de especies florales como las peonías y los prunus pisardi o cerezos de flor que son dignos de contemplar, sobre todo en primavera, y desde el cual llegamos a los jardines del vecino convento de Trinitarios Descalzos (1601). Sus huertas y jardines restaurados forman parte de una zona denominada Pasillo Verde de Alcalá. En ellos podemos ver una casa con galería de madera levantada entre la exuberante fronda. La trayectoria de este convento refleja muy bien la intensa historia de la ciudad complutense. Fueron los Trinitarios Descalzos los que rescataron al escritor alcalaíno Miguel de Cervantes de su cautiverio de cinco años en las prisiones de Argel en 1580, pagando los frailes quinientos escudos a los sarracenos para su liberación. Como los demás colegios y conventos, tras la desamortización de 1839, el convento y su templo fueron entregados al Arma de Caballería primero, que lo reformó para su nuevo uso, y después albergó la sede de Comandancia Militar hasta los años 90 en que el antiguo colegio volvió a recuperar su distribución original, ya en el seno de la Universidad, acogiendo instituciones adscritas a la misma como el Centro de Estudios Norteamericanos. Su iglesia se transformó en una biblioteca universitaria que incluye la Biblioteca Cervantina, con cerca de treinta mil volúmenes.
Los Jardines de la Quinta de Cervantes (1565) tienen dos accesos uno en Vía Complutense y otro por la calle Navarro y Ledesma. Éstos se encuentran a medio camino entre la estación de ferrocarril y el casco histórico. Los terrenos donde están pertenecieron a la Universidad y estaban en el entonces arrabal de Santiago. Se conocían en el registro de hacinamientos universitarios como «los huertos de Nebrija». Empezó a conocerse como Quinta de Cervantes desde que Juan Cervantes, tío del escritor y guarnicionero de Alcalá, representó a la Universidad en sus pleitos con el Concejo, y en premio éste le arrendó dicha finca quedándose desde entonces con el nombre. En ella vivió el naturalista vasco Manuel Martínez de la Escalera y Pérez de Rozas (1867-1949), el mayor recolector español de insectos de principios del s. XX y reconocido especialista en coleópteros que, según el padrón municipal, vivió en esta quinta situada en la entonces calle de Las Flores, hoy Navarro y Ledesma, durante tres años de su vida, de 1891-1893, en compañía de su esposa Emma Goróstegui y de su hermano, durante los cuales recolectó muchas especies en el valle del Henares, entre las que se encuentra un gorgojo, el Trachyphloeus complutensis, que el entomólogo descubrió en 1923 en Alcalá junto a once ejemplares más.
En este pequeño oasis que conserva algunas especies arbóreas originales, encontramos entre la exuberante vegetación y los parterres el edificio principal de la finca, utilizado por el Ayuntamiento como sala de exposiciones, y una pequeña capilla. Completan el conjunto una fuente ornamental de hierro fundido cuyo vaso es original, otra de uso público, y numerosos bancos. En un apartado rincón se encuentra una obra de tema cervantino. Se trata de una plancha de hierro de grandes dimensiones en la que se ha taladrado el texto de la anotación original del libro de bautismos, ampliamente reproducida por su importancia en la historia de la ciudad complutense ya que prueba documentalmente el nacimiento de Miguel de Cervantes en la ciudad de Alcalá.
El Corral de los Cerdos, entre las calles de las Damas y de las Vaqueras se encuentra este parque pequeño y recoleto que tiene un espacio de juegos para niños, y que toma su nombre del espacio que servía para guardar el ganado de cerda que surtía a la ciudad por lo menos desde el s. XVIII. Se recuperó no hace muchos años para uso y disfrute público. Dejando a un lado la pequeñez de su espacio, lo más interesante está en su ubicación entre las citadas calles donde están sus dos accesos, calles poco conocidas y algo alejadas, pero tan auténticas y cargadas de historia como indican sus propios nombres, donde hallaremos, entre las desafortunadas edificaciones modernas, motivos arquitectónicos de gran belleza, casonas con portones, vigas y aleros de madera, vanos con arcos escarzanos, escudos, rejas, construcciones con motivos neomudéjares… que nos sorprenderán gratamente y completarán la visita al parque.
En el antiguo Paseo de la Manigua, actual calle de Andrés Saborit, se encuentran los jardines de la Manigua, en una vía urbana que no existió hasta que se construyeron los pisos llamados de igual manera, y que tomaban el nombre de la zona que ocupaban unos terrenos cubiertos de maleza junto a las murallas que cerraban la ciudad por el oeste. Aquellas viviendas, como las de otros barrios alcalaínos, se construyeron fuera del casco histórico a partir de los años sesenta para alojar a la ingente cantidad de trabajadores que llegaron a la ciudad con sus familias para ganarse la vida en las grandes industrias que se instalaron en el municipio (Roca Radiadores, Cointra, etc.). Eran las típicas viviendas obreras, poco planificadas y mal equipadas que se levantaron a toda prisa para atender la elevada demanda.
En la acera opuesta a las viviendas y al pie de la muralla, se encuentra la zona ajardinada, y en ella el primer tramo de tres del Museo de Esculturas de Arte Contemporáneo al Aire Libre, una zona de césped con fuente pública, bancos y aceras sombreada por la fronda de numerosos árboles que jalonan la calle desde la Puerta de Madrid hasta la Vía Complutense, por la que se puede pasear mientras admiramos la monumental puerta, un lienzo de la muralla del s. XIV y varios torreones de planta rectangular de los 16 que quedan, dos de ellos excepciones del conjunto; por un lado la torre número VIII que es de planta semicircular, y por otro los restos del zócalo de la que fue torre albarrana de planta pentagonal y exenta. Y junto a ellas nueve de las 57 esculturas de arte contemporáneo de que consta este museo al aire libre, agrupadas en diferentes estilos y técnicas, que van desde el arte figurativo, cubismo o conceptualismo hasta el abstracto. En este tramo concretamente encontraremos obras de reconocidos artistas como Eduardo Úrculo.
El jardín del Palacio de los Casado en la Plaza de San Lucas se encuentra en un palacio del s. XIX de estilo neoclásico cuyo origen está en el antiguo hospital para estudiantes pobres de San Lucas y San Nicolás fundado por el cardenal Cisneros en 1513 en la calle de los Mesones, y construido en este lugar entre 1540 y 1573. Tras la desamortización, en 1849 cesó en su labor asistencial y fue adquirido por el Marqués de Morante y Arenales que lo transformó en su mansión reformando la fachada y la planta tradicional alrededor de un patio central que abrió al jardín dándole forma de U, y en cuyo lado sur se conserva parte del lienzo de la muralla norte de la ciudad. También eliminó el pórtico de la iglesia contigua al palacio que dan a la Plaza de Atilano Casado. En 1999 pasó a manos el Ayuntamiento que en parte de su huerta y jardín construyó el actual aparcamiento de San Lucas en 2008.
Se trata de un jardín histórico de estilo romántico que conserva algunas especies arbóreas originales, un aljibe, y la fuente ornamental antigua que estaba situada en el paso del actual Callejón del Horno Quemado que era entonces zona ajardinada y que fue trasladada a este lugar.
Desde la verja exterior de Vía Complutense, al fondo del jardín, se encuentra la entrada a un antiguo habitáculo cercano al horno que fue reconvertido en sala de exposiciones denominada «Loft contemporáneo de San Lucas» sobre los vestigios del antiguo torreón de la muralla. En él habrá una sala de exposiciones permanente que recogerá la historia de la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas, tan ligada a la ciudad, exhibiendo fondos de este regimiento como uniformes, fotografías, etc.
Jardín del Colegio Menor de Santa María de Regla y Santos Justo y Pastor o Colegio de León situado en la calle Libreros. El colegio fue fundado en 1586 por el obispo de León Francisco de Trujillo, antiguo colegial del Colegio Mayor de San Ildefonso, y agregado tras la reforma universitaria del s. XVIII a ese mismo colegio y después al Colegio de Málaga. Su edificio constaba de dos plantas entre dos torreones con una portada adintelada de piedra similar a la del vecino Colegio del Rey que se abrían a un patio central. Su parte trasera limitaba con el interior de la muralla norte de la ciudad. Tras la desamortización fue vendido a Luis Díaz Pérez, conocido jurista alcalaíno, que le añadió una tercera planta acabando con los torreones en 1840. De esta reforma recibió el estilo decimonónico que aún conserva, su planta abierta al jardín en forma de U como sucedió en el Palacio de los Casado, y el marcado carácter romántico que caracteriza a los jardines trazados en esa época. Cuenta el colegio con uno de los tres cenadores que se conservan en la ciudad, destacando un pozo y una pila del s.XVI. Tras ser adquirido por la Universidad en la década de los ochenta, actualmente acoge la escuela de Posgrado de la Universidad.
El huerto de los leones, ahora rebautizado como Jardín de las Palabras. El antiguo nombre lo debía a que en su solar estuvo uno de los cuatro palacios que la familia Mendoza tuvo en Alcalá. Según los historiadores los Mendoza serían propietarios de la desaparecida «casa del Rico-Home» situada en la calle Empecinado, entre la calle de Santa Catalina y la plaza de los Santos Niños. El historiador Esteban Azaña escribió que a finales del mes de abril de 1553 se celebraron en ella los desposorios de Doña Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, con el príncipe Ruy Gómez de Silva, a los que asistió Felipe II, y que por este motivo los Condes de Mélito, padres de Doña Ana, restauraron su dorada y solariega vivienda. A principios del s. XIX todavía se conservaba su fachada en ruinas hasta que en el año 1857 fue demolida y la puerta se llevó al archivo general central del Palacio Arzobispal. Dicha portada la describe Don Benigno García Anchuelo: «notable era entre otras la portada que existió hasta hace pocos años en la calle llamada hoy del Empecinado y sitio conocido por Huerta de los Leones, en cuyo solar se veían aún restos del suntuoso edificio a que debió dar entrada dicha portada. Componíase ésta de dos altas y robustas jambas de granito de una sola pieza, con su correspondiente dintel de igual clase, y sobre aquéllas resaltaban esbeltas columnas de piedra blanca con extraños capiteles, que servían de apoyo a graciosos niños, en actitud éstos de sostener adornos de la portada. Ocupaba el centro de ésta un escudo de armas con blasones de la nobilísima casa de Mendoza, soportado aquél por dos apuestos leones, casi de natural tamaño, coronando dicho centro la figura de un dragón o quimera de extraña forma, que puesto de pie, con alas extendidas, y en ademán erguido, daba al todo de la portada un aspecto tan caprichoso como fantástico. No era en verdad esta circunstancia la que más interesaba la atención del curioso observador, era, si, la inscripción que sobre el dintel de la puerta, en grandes caracteres formados con tinta negra, en reciente época y no de muy esmerada ejecución, decía: Año de 1571. Casa del Rico-Home de Alcalá».
Tiene este jardín una superficie de 5.339 m2 y la nueva remodelación de 2013 respondió al proyecto ganador del Concurso Internacional de la UNESCO «Las Plazas del Mediterráneo para las Mujeres y la Paz» de la arquitecta Blanca Sánchez Lara que incluye 25 palabras grabadas en piedra por un recinto con paseos, zona de juegos infantiles, y una fuente en forma de vaso rectangular, en el cual desembocaban varios chorros que brotaban de la pared interior, y que antes habían sustituido a una pequeña y vistosa cascada por la que el agua resbalaba hasta el vaso. Ahora las láminas de agua se entremezclan con las bancadas de asiento y los parterres. En origen se plantaron más de 5.000 especies entre árboles, arbustos y trepadoras, con variedades mediterráneas como almendros, cerezos de flor, robles, tilos, lavándula, etc. que se añadieron a los plátanos existentes. Es un parque amplio y espacioso, en el que se celebran conciertos y actividades culturales, pero que sobre todo, ofrece una excepcional vista de la torre de San Justo.
Los jardines situados en los edificios universitarios están abiertos de lunes a viernes en horario lectivo excepto agosto y vacaciones de la Universidad.
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